La relación entre la alimentación y la salud

Alimentación y salud

Hoy en día, la alimentación se ha convertido en un tema de interés para muchísimas personas, no solo como método para bajar de peso, sino como parte fundamental de una vida lo más saludable posible. Aunque nos cueste creerlo, lo que comemos tiene una influencia directa en nuestra salud. De ahí que sea conveniente su control y vigilancia, tratando de adoptar hábitos beneficiosos.

Lo primero que es preciso señalar es que una correcta alimentación nos ayudará a protegernos contra todo tipo de enfermedades. Entre las más importantes hay que destacar la diabetes o las cardiopatías, pero también contra los accidentes cerebrovasculares y el cáncer. ¿No te parece suficiente motivo para vigilar lo que comes?

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), las dietas insalubres unidas a la falta de actividad física es uno de los principales factores de riesgo para la salud en todo el mundo. Es por ello que no hay que escatimar esfuerzos a la hora de implantar y fomentar hábitos de alimentación saludables, sobre todo en las primeras etapas de nuestra vida.

No hay que olvidar que una incorrecta alimentación está entre las causas directas de sobrepeso y obesidad. Si somos conscientes de todo esto, ¿por qué no ponemos más de nuestra parte para remediarlo? Está claro que es muy fácil decirlo, pero cuesta mucho más ponerlo en práctica.

 

Consejos para adoptar una correcta alimentación

Un aspecto que resulta clave pero que no siempre se lleva a cabo tiene que ver con la ingesta calórica de cada persona. Como es lógica, ha de ir en total consonancia con el gasto calórico. Una persona sedentaria tendrá menos necesidades en este aspecto que otra que practique deporte habitualmente.

Salud y alimentación

Según muchos estudios científicos llevados a cabo en este campo, si no se quiere ganar peso, las grasas no deberían superar nunca el 30% de la ingesta total. Además, es fundamental eliminar por completo y de forma gradual las grasas denominadas trans y también las saturadas, optando únicamente por las no saturadas.

Limitar el consumo de azúcar libre a menos del 10% de nuestra ingesta total también es una parte importante de cualquier dieta saludable. De hecho, según la OMS, lo más conveniente es bajarlo incluso por debajo del 5%.

Algo parecido ocurre con la sal. Según los especialistas en el campo de la nutrición, su consumo ha de ser inferior a 5 gramos diarios. ¿Qué se consigue con esto? Principalmente prevenir inconvenientes graves como pueden ser la hipertensión o el riesgo de padecer enfermedades cardiacas o accidentes cerebrovasculares.