Quizás hayas visitado la increíble ciudad de Florencia y tengas conocimiento de esto que hoy vamos a contarte. Pero nos consta que muchas personas que han estado allí desconocen el misterio que se esconde bajo la cúpula de la catedral de Santa María del Fiore, la popularmente llamada cúpula de Brunelleschi. ¿Quieres saber de qué misterio se trata? Pues solo te adelantaremos un dato: aún hoy sigue sin resolverse plenamente.
Una cúpula convertida en misión imposible.
La famosa cúpula de Brunelleschi se ha convertido en una especie de estandarte de la arquitectura renacentista. Cuando se piensa en una construcción tradicional y clásica, se piensa en esta catedral cuando lo cierto es que es mucho más moderna de lo que parece, sobre todo desde el punto de vista arquitectónico.
Cuando Pippo Brunelleschi ganó el concurso que lo convertía en el arquitecto que oficialmente se encargaría de diseñar y construir la cúpula de esta catedral no sabía la que le venía encima. Bueno, algo tuvo que intuir cuando fue obligado a firmar uno de los primeros contratos de la historia que se firmaron de este tipo: un contrato en el que se hacía el único responsable de su construcción y lo que pasara durante todo el proceso.
¿Qué sentido tenía ese contrato? Pues básicamente, las autoridades de Florencia querían curarse en salud ante una misión que sabían que sería prácticamente imposible. Porque imposible parecía construir una cúpula de 45 metros de ancho por otros 45 de alto y, además, hacerlo con las limitaciones técnicas de la época a, nada más y nada menos, que a 55 metros de altura. Todo esto igual no nos resulta tan espectacular hoy en día, pero debemos insistir en lo importante que es situarnos en el siglo XV y entender lo que suponía este encargo.
Además, no solo hablamos de las limitaciones técnicas evidentes de la época, sino que es importante saber que también existían limitaciones en cuanto a uso de materiales. Por un lado, el hormigón era un material que ya no se utilizaba y, por otro lado, la madera había que descartarla porque en toda la región de Florencia no había suficiente como para construir el andamiaje de una cúpula de tales dimensiones y base octogonal.
¿Qué hizo entonces Brunelleschi?
Pues un auténtico milagro en cuanto a creatividad se refiere. Primero, diseñó no una cúpula, sino dos. Dos cúpulas, una interior y otra exterior, ordenadas según 8 nervios y 8 paños compuestos de 30 pequeños subpaños divididos por dos costillas verticales y nueve correas horizontales. En este diseño, encontraba una solución a la estabilidad de una estructura de tan grandes proporciones, pero aún faltaba lo más decisivo: ¿con qué construirla?
Pues como orfebre que era, la solución la encontró en el ladrillo, un material tan ligero y noble como fuerte y resistente, perfecto para poder convertir en realidad la gran idea que tenía dibujada en su cabeza. De hecho, el corazón de la cúpula de Santa Maria del Fiore está formado por los paños de ladrillo que cubren el espacio gracias a que este material es mucho más manejable y mucho más ligero que la piedra.
¿Dónde reside el misterio de la cúpula de Brunelleschi?
Pues el gran misterio que aún hoy sigue sin resolverse es cómo colocó Brunelleschi los ladrillos. Este material no está colocado de forma convencional porque, para ello, el mortero necesitaría un tiempo de fraguado imposible, ya que toda la cúpula se construyó sin cimbras ni encofrados que la sujetasen por falta de material.
Cómo fue colocado para sujetar el peso de una cúpula de ese tamaño y sin andamiaje hoy sigue siendo un misterio. Además, Brunelleschi no dejó planos ni ningún tipo de documento que permitiera entender cómo fue la colocación de los ladrillos utilizados para proyectar semejante cúpula. Por eso, esta cúpula, aunque sea una construcción del siglo XV tiene ciertos aspectos que la acercan a nuestros tiempos y que sin duda la hacen mucho más valiosa.
Si no conoces Florencia, ya tienes un motivo más para ir a descubrir una ciudad plagada de maravillas como esta increíble cúpula o su deliciosa gastronomía mediterránea.